El cierre terapéutico o la interrupción de un proceso - Breve comentario
En mi experiencia personal y profesional me he encontrado con diversas dificultades a la hora de cerrar procesos terapéuticos. La relación es determinante en el proceso.
Recordar que las heridas son producidas en relaciones primarias y que se curan en relación es fundamental para saber enfrentar las diferentes fases de un proceso de terapia. El cierre es un momento con una carga simbólica compleja y puede abrir a la posibilidad de una transformación personal, o retraumatizar en la vivencia vincular donde se actualizan las relaciones primarias. Crecer no es fácil.
La separación en una relación implica un duelo. Una relación terapéutica es un lazo y el proceso de desenlace se produce paulatinamente, permitiendo aclarar y elaborar el entramado vincular o transferencia y la contratransferencia. Despedirse a conciencia es crecer en esa despedida. Para ambas personas de la relación.
Durante el desenlace de la relación terapéutica se valora el funcionamiento de la persona en las áreas cognitiva, afectiva, social, con la intención de afianzar y reforzar lo aprendido en el proceso como recursos que la persona lleva consigo para su vida. Este desenlace puede llevar tiempo. Dos sesiones, diez sesiones o un año, es decir, a cada persona su tiempo, para poder elaborar, profundizar y permitir que esta separación sea una experiencia emocionalmente correctiva o reparadora en cuanto a los patrones relacionales neuróticos habituales que llevan al fracaso de las relaciones personales del paciente repetidamente.
Muchas veces, se produce una interrupción del proceso. Esto puede ser evitación, huida terapéutica, interrupción por actuación de patrones caracterológicos recurrentes. Tanto de los pacientes como del terapeuta.
Puede suceder que después de una interrupción brusca, el paciente pueda volver a terapia, para continuar el proceso o para tener una despedida reparadora. Ya que lo que no resolvemos en una relación dispuesta para esto, como la relación terapéutica, se seguirá repitiendo, tanto en la relación consigo mismx como con los demás.
A veces, hay malos cierres que terminan siendo un regalo, a veces, la parte más sana del paciente interrumpe un proceso. A veces, los pacientes coleccionan malos cierres y abandonos repetidos. A veces, porque nada es ideal sino humano.
Se dan muchas experiencias en los cierres o en las interrupciones.
Siempre invito a hablar lo que pasa en nuestra relación, a llevar la atención a qué se está poniendo en juego, desconfianza?, enfado?, demanda insatisfecha?, necesidad frustrada?, amor idealizado? etc... Y esto? que tiene que ver con tu vida?
Cada matiz abrirá puertas hacia la libertad de los patrones inconscientes y recurrentes que nos limitan y nos hacen sufrir de diversos modos… sumar conciencia para salir de la esclavitud de esos patrones automáticos y sumar recursos para el autoapoyo en relación, comprendernos y mirarnos sin autoengaños de quiénes somos y de cómo nos relacionamos, es el camino hacia la Salud y el despertar de nuestro potencial humano.
Que la conciencia en el presente de tu relación terapéutica te permita desplegar tus alas
Un buen abrazo
Verónica
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