Permitámonos un tiempo para reflexionar sobre nosotros mismos, a solas. perdamos por un instante la distracción externa, percibamos con sinceridad qué es nuestra vida. No compare, no futurice y no compense, vea lo que simplemente hoy tiene en sus manos. ¿Si hoy muriese estaría satisfecho?
Esta breve reflexión usualmente laminimizamos. no porque le tengamos miedo a la muerte, sino por el propio miedo a aaceptar la frustración vigente. No es fácil ver con claridad que esto lo hemos repetido toda la vida: huir.
... Y hay un instante llamado muerte. Y a la muerte hay que hacerla presente. Hay que saber que nadie es eterno. Que no hay que postergar la existencia. Tenemos que recordar hacia donde vamos. Entre más negemos la muerte, más negaremos la vida. Cuanto mayor sea la incapacidad ante la vida, más negaremos la muerte.
Y la mejor preparación para la muerte es la conciencia de vivir, teniendo presente que vamos a morir, y que postergar es un mal negocio, que decir mañana es casarse con el futuro y que esas nupcias equivalen a suicidarse en el presente.
Porque si no hay conciencia no se puede llegar a la muerte lo suficientemente vivo, como para poder entregárse.
La vida es entrega. La pareja es entrega. los hijos son entrega. La amistad es entrega. El trabajo es entrega. La muerte es entrega.
Y la muere se hizo: ¡Hágase señor tu voluntad!
(Extracto de "La locura lo cura" de Guillermo Borja)
"Esto no es fascinación por la muerte, es responsabilidad, es una manera de darle gracias a la vida!"
Que este fin de año sea otra oportunidad para la entrega y la responsabilidad de llevar a cabo nuestros deseos.
Con amor,
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