En mi conformidad oronda me diluyo El afán no me invita al movimiento Soy feliz sin saber ni lo que siento Me adormezco al oír de la brisa su arrullo I. Caparrós Un día surge una pregunta. Algo o alguien hace de detonante y nos despierta. Algo empieza a quebrarse y duele. Sin embargo, por esa fractura del “sistema establecido” se empieza a oler a vida nueva. Vivimos dormidos. Resignados sin darnos cuenta a lo que nos toca vivir por historia familiar, por cultura social, por norma. Acomodados en un quehacer cotidiano que lo sentimos como seguridad, ya que así crecimos. Seguir el patrón nos da un sentimiento de pertenencia que es esencial para sobrevivir y desarrollarnos, aunque el precio sea muy alto. La inconsciencia o desconexión de uno mismo es inevitable frente a la frustración que da el encuentro con el límite. Sin embargo, crecemos y con nuestro crecimiento también se desarrollan nuevos recursos, se amplían límites. Pero ya no probamos alternativas, repetimos el mandato, l...
Psicóloga (Col. Nº G - 4629)- Psicoterapeuta Humanista