La Respiración es una ciencia y un arte, es un puente entre nuestro cuerpo y nuestra mente, entre la conciencia y el inconsciente, es una experiencia física, mental y espiritual.
La respiración puede ser controlada, pero si no se le presta atención, se produce de forma espontánea, como los latidos del corazón. Puede volverse tan voluntaria como el caminar y puede utilizarse para regular funciones vitales como: el pulso cardíaco, el metabolismo digestivo, la presión sanguínea, la eyaculación y demás.
Además de asimilar y hacer circular la Energía Vital, la respiración da un masaje a los órganos y glándulas internos, elimina las toxinas de los tejidos, depura la sangre, mejora la resistencia y el sistema inmunológico.
Debido a este lugar de unión que ocupa la respiración (entre conciente e inconsciente, mente y cuerpo), la considero un elemento esencial en todos los trabajos que puedan realizarse en el camino de la salud y la conciencia.
Pero...porqué es necesario un trabajo conciente sobre la Respiración?
El avance del pensamiento cientificista ha dejado atrás ciertos valores necesarios para el desarrollo de nuestra sensibilidad, creatividad y otros, incluyendo nuestra capacidad de procesar sanamente las emociones y las situaciones por las que debemos atravesar a lo largo de nuestro crecimiento. Hoy en día el estrés, los problemas cardíacos, la violencia, sólo por hacer mención de algunos pocos, son claras consecuencias de un alejamiento de nuestra naturaleza más auténtica y esencial.
Una de las consecuencias de este “avance tecnológico” ha sido que el Nacimiento se ha convertido en un problema a resolver, una operación quirúrgica o un mero acto social.
Pero...porqué hablar del Nacimiento?
Porque es el instante en que se produce nuestra primera respiración, esa primera impronta que nos condiciona en nuestra vida y que es necesario liberar para dejar paso a la autorregulación espontánea de la vida.
Acostumbrados a un medio ambiente líquido, pasamos a un medio ambiente seco, acostumbrados a la oscuridad, se estimulan nuestro ojos con grandes y potentes luces, acostumbrados a un medio cálido, pasamos al frío, acostumbrados a un líquido suave que acaricia nuestra piel, pasamos a telas ásperas y por último, acostumbrados a una respiración umbilical, pasamos a la respiración pulmonar, se corta nuestro cordón umbilical antes que deje de latir, a pesar de que la naturaleza prevé que un recién nacido reciba oxígeno a través del cordón, mientras aprende a tomarlo de la atmósfera.
Con estas características, el Nacimiento se convierte en el momento de mayor estimulación bioeléctrica, dejando cantidad de recuerdos en nosotros.
Esta es una experiencia que reproducimos en los cambios que vamos experimentando en la vida. Las mujeres lo revivimos en nuestros partos y cada transformación pasa por este registro.
El miedo y el dolor que quedan grabados en la profundidad de nuestro cuerpo-mente (en forma de sensaciones, emociones, sentimientos), se lo llama: Trauma de Nacimiento.
Actualmente, estudios de Psicología Prenatal, muestran que en el útero somos personas activas, que reciben y descifran información procedente del mundo exterior y que expresamos nuestras reacciones y opiniones mediante un primitivo lenguaje corporal.
Si el nacimiento es una experiencia única y singular, con un poder extraordinario, el hecho de no tener recuerdos en forma de imágenes, está relacionado con que es experimentado en una etapa pre-verbal.
De esta manera, el Trauma de Nacimiento queda archivado en nuestro inconsciente y sigue produciendo resultados continuamente en nuestras vidas.
Existen diferentes modos de trabajar con la respiración, uno de ellos es a través de la Respiración Circular.
Pero... Qué es la Respiración Circular?
La respiración circular se realiza conectando la inhalación con la exhalación, en un ritmo fluido, natural y sin pausas. Se inhala y exhala plena, relajadamente y sin esfuerzo. Puede hacerse por la nariz o la boca (se inhala y exhala por el mismo lugar). Por la nariz entrarás en un estado de relajación más profundo y por la boca moverás más energía del cuerpo emocional.
Este tipo de respiración tiene como propósito el movimiento de Energía Vital que se sucede en consecuencia del movimiento de oxígeno. Al mismo tiempo, se mueve nuestra energía a niveles más sutiles provocando modificaciones también en los planos mental y espiritual.
Los flujos de energía son frecuentemente descritos como vibración o tintineo en algunas partes o en todo el cuerpo. Estos movimientos son los procesos requeridos para limpiar la mente y el cuerpo de tensiones.
En síntesis, la liberación de la respiración es la liberación de nuestras resistencias a experimentar la vida en su totalidad.
Hola Vero...
ResponderEliminarAmiga, hacía tiempo que no visitaba tu blog, tan cargadito de tu sabiduría.
Este post me ha hecho sonreir, porque tengo que confesarte que, muchas veces hablo contigo, sigo teniéndote como compañera en este camino, y ahora estoy más contenta, ya sabes porque! :)
Y lo que te comento, a veces en voz alta, es "cierto Vero, debo acordarme de respirar"... y aun ocurre muy frecuentemente. Lo maravilloso es que tu siempre estás ahí para recordármelo, se ha quedado grabado el: "Respira Ana, acuérdate de respirar".
Gracias por estar siempre!
Un abrazo inmenso!!!!
Bos días, Vero!!
ResponderEliminarComo nada ocurre por "casualidad", he decido acompañarte y disfrutar de este blog tuyo...
Acompañarte a tí y a todos aquellos que plasmen sus comentarios en este espacio.
Y la CAUSALIDAD, me ha llevado hasta tu artículo sobre nacimiento y respiración... cuando hace quince días que he dado un taller sobre implantación y nacimiento... donde lógicamente la respiración, o mejor dicho la consciencia respiratoria es fundamental.
Todo espacio e importancia que le demos a nuestro cuerpo o las manifestaciones del mismo, nos enriquecen, nos ayudan en el día a día y yo estoy convecida de que nos hacen mejores personas.
Muchísimas gracias por este espacio, Vero!!
Biquiños atlánticamente agarimosos!!