"El sentimiento de identidad no se tiene en el momento de nacer. El individuo la va adquiriendo a medida que su ego crece y madura...
Para la mayoría de las personas, el problema no es recuperar la identidad perdida, sino más bien lograr un sentido de identidad desarrollando un ego estable, que funcione bien.
El sentimiento de identidad se asienta sobre el hecho de conocer el deseo, reconocer la necesidad y percibir la sensación corporal.
Cuando una persona confiesa: "no se quién soy", lo que en realidad está diciendo es "No sé lo que siento, lo que quiero ni lo que deseo". Sabe que necesita ayuda, pero por lo demás, su conciencia de sí es limitada, y su identidad, poco precisa.
El ego crece cuando percibe e integra, por un lado, la sensación del cuerpo, y por el otro, la expresión del sentimiento. Si al niño se le inhibe la expresión del sentimiento, o se lo hace avergonzar de sus sensaciones corporales, su ego no madurará.
Si no se le permite ir conociéndose, investigar su fuerza, descubrir sus puntos débiles, su ego tendrá un precario punto de apoyo en la realidad, y su identidad será una nebulosa. Si más aún, se lo adoctrina con "deberías" y "no deberías", y se lo educa para que satisfaga una imagen parental, su ego se volverá tortuoso, y su identidad, confusa.
Dicho niño o niña subvertirá su cuerpo y manipulará el ambiente que le rodea para mantener la imagen. Adoptará un rol basado en esa imagen, y equiparará ese rol a su identidad...."1
Esta identificación es un proceso inconsciente que es necesario ir desenmascarando poco a poco.
Redescubrir su identidad es volver a tomar contacto con su cuerpo, las sensaciones o zonas dormidas, recuperar sus sentimientos y ser capaz de expresarlos, percibir de que forma distorciona su percepción de sí y de los demás y seguir el proceso que le permita experimentar lo que significa vivir por sí mismo, en relación consigo, con los otros y el mundo en un estado de satisfacción profunda.
Es cierto que es un trabajo que lleva tiempo pero es en ese camino de reparación que se puede recuperar el pleno sabor de la Vida... la integración que permite la experiencia del "Buen vivir".
Nos encontramos en el Camino...
1. Alexander Lowen. "La Traición al cuerpo"
Para la mayoría de las personas, el problema no es recuperar la identidad perdida, sino más bien lograr un sentido de identidad desarrollando un ego estable, que funcione bien.
El sentimiento de identidad se asienta sobre el hecho de conocer el deseo, reconocer la necesidad y percibir la sensación corporal.
Cuando una persona confiesa: "no se quién soy", lo que en realidad está diciendo es "No sé lo que siento, lo que quiero ni lo que deseo". Sabe que necesita ayuda, pero por lo demás, su conciencia de sí es limitada, y su identidad, poco precisa.
El ego crece cuando percibe e integra, por un lado, la sensación del cuerpo, y por el otro, la expresión del sentimiento. Si al niño se le inhibe la expresión del sentimiento, o se lo hace avergonzar de sus sensaciones corporales, su ego no madurará.
Si no se le permite ir conociéndose, investigar su fuerza, descubrir sus puntos débiles, su ego tendrá un precario punto de apoyo en la realidad, y su identidad será una nebulosa. Si más aún, se lo adoctrina con "deberías" y "no deberías", y se lo educa para que satisfaga una imagen parental, su ego se volverá tortuoso, y su identidad, confusa.
Dicho niño o niña subvertirá su cuerpo y manipulará el ambiente que le rodea para mantener la imagen. Adoptará un rol basado en esa imagen, y equiparará ese rol a su identidad...."1
Esta identificación es un proceso inconsciente que es necesario ir desenmascarando poco a poco.
Redescubrir su identidad es volver a tomar contacto con su cuerpo, las sensaciones o zonas dormidas, recuperar sus sentimientos y ser capaz de expresarlos, percibir de que forma distorciona su percepción de sí y de los demás y seguir el proceso que le permita experimentar lo que significa vivir por sí mismo, en relación consigo, con los otros y el mundo en un estado de satisfacción profunda.
Es cierto que es un trabajo que lleva tiempo pero es en ese camino de reparación que se puede recuperar el pleno sabor de la Vida... la integración que permite la experiencia del "Buen vivir".
Nos encontramos en el Camino...
1. Alexander Lowen. "La Traición al cuerpo"
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